Esta pieza habla sobre la transformación de miedo a coraje, intentando hacer de su materialidad una actitud hacia lo ominoso del exterior, de la noche, de aquello intruso, ese misterio que nos hace sentir vulnerables. Las rejas son las mismas que usan para proteger las casas de robos, por lo que propone mutar la arquitectura del miedo hacia una cultura de la autodefensa. Es en esta pieza donde el afuera y el adentro convergen dentro de mi narrativa, siendo ésta el resultado de una personalidad múltiple, la inseguridad como un inicio y la autodefensa como un final. No soy espinosa, nací espinada, habla sobre cómo deglutimos el miedo y lo convertimos en fortaleza, siendo parte de nuestra forma de estar en el mundo.

Esta pieza formó parte de Hierbas de Asfalto, y así mismo forma parte de las serie ESTAR BIEN, en donde continúo desarollando de manera escultórica estos temas.