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Puntiaguda: 50 años de gráfica comprometida por Ana Barreto
Curaduría, Carolina Berrocal

2022

Podríamos pensar el trabajo de Ana como la acción de tejer: es persistente y entramado, formando así un telar de ideas e historias que envuelven al espectador entre líneas. 

Dibujar toda una vida es tejer un pensamiento, es construir y resistir en el tiempo. El trabajo de Ana habla por sí mismo, y es al mismo tiempo paradójico. Por una parte la imagen llama la atención, causa cierto placer visual y curiosidad. Sin embargo, al momento de zambullirse dentro de su literatura, podemos ver denuncia, dolor y un pensamiento crítico que no descansa. Tiene esa cualidad de planta carnívora que devora a su espectador al momento en que se acerca.   

Este entramado nos atrapa, quizás por sus intrincados detalles, el contraste que genera cuando se observa a lo lejos, o la manera en la que va revelando su narrativa mientras se le acerca, a veces lineal, a veces intermitente, otras veces abstracta. Es decir, esas cualidades por las que nos atrapa una imagen, están contenidas todas ellas en el trabajo de Ana Barreto. 

 

La propuesta curatorial surge de la idea de desbaratar la tira cómica para encontrar la singularidad de ciertos cuadros dentro de las historietas y tomarlas como piezas por sí solas. Más allá de una revisión histórica exhaustiva, esta curaduría surgió de una amistad que gozó de sus breves encuentros, de la plática que suscitó y del amor compartido por el dibujo, de una artista hacia otra. Esto es una de las razones por las que precisamente surgió la invitación de participar en Bicéfala, programa de exposiciones gestionado por Hellene Hector donde la manera de trabajar y relacionarse con los procesos creativos, de gestión y curatoriales viene desde un impulso afectivo. Bicéfala busca desmitificar la idea de una competencia protagónica entre mujeres, personas trans y no binarias en el medio del arte, para fomentar redes de apoyos, alianzas y colaboraciones que fortalezcan puntualmente el trabajo de todxs y nos permitan desarrollarnos en ambientes y formatos abiertos que diseñemos juntxs.

Hoy en día Ana Barreto es sin duda un ejemplo de esas mujeres artistas que persisten en su práctica, y no quitan (literalmente) el dedo del renglón; cobijando así a nuevas generaciones dispuestas a sacarle punta al lápiz y continuar esta visión puntiaguda.  


Ana Barreto (1956), oriunda de Acapulco, es una (más que monstrua) sirena de la gráfica y pionera de las historietas feministas desde hace más de 40 años. Creó proyectos como Esporádica, una publicación que reunía el trabajo de varias mujeres artistas y proponía una visión crítica, abordando temas como la gentrificación, el machismo, el erotismo y la precariedad laboral. Ana tuvo también un importante trabajo de gráfica en el “Centro de Apoyo a Mujeres Violadas A.C”, produciendo carteles en serigrafía que ayudaban a denunciar y difundir el apoyo. Y cómo no mencionar su célebre personaje llamado “Anomia” (@anomiaimona), que acompaña y narra todas las aventuras que se entrecruzan entre la vida de Ana y la de su personaje, siendo esta una especie de alter ego. Paralelamente se vinculó con la producción cinematográfica trabajando en varias películas tales como “Paty Chula”, “Romeo y Julieta”, “Santitos”, “El Tiempo de las Mariposas” y muchas otras, realizando elementos de los sets o dibujando storyboards. Hoy en día se dedica a la docencia, dando talleres a niñxs, compartiendo una visión personal y comprometida del dibujo.

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